Museo Oriental de Valladolid es uno de los museos mas completos de Europa de este tipo, cuenta con arte chino, filipino y japonés
El Museo Oriental de Valladolid situado en el Monasterio de los Agustinos Filipinos, acoge objetos que han ido recopilando los padres Agustinos del sudeste asiático de los siglos II a C. hasta el siglo XIX, de China encontramos objetos de porcelana y bronce, pinturas y esculturas y de Filipinas armas, marfiles, adornos principalmente aunque también podemos encontrarnos con piezas de Japón, detallados a continuación.
El Museo Oriental cuenta con ocho salas dedicadas al arte chino, bronces, que nos muestran el mundo del budismo, el taoísmo y sus antepasados; más de un millar de monedas chinas y billetes, una colección de 110 piezas de porcelana, obras de orfebrería en plata; esmaltes de llamativos colores; marfiles chinos, esculturas de jade, esteatita, madera, etc…; caligrafías e instrumentos caligráficos; pinturas sobre papel y seda realizadas por la dinastía Yuan; extraordinarios trajes de mandarines…
Para el arte filipino, el Museo Oriental cuenta con cinco salas, destacan su cerámica neolítica, una rica colección de imágenes de santos, esculturas, ornamentos litúrgicos, libros, litografías y grabados.
En el arte japonés se cuenta con cuatro salas, en las que podemos contemplar esculturas budistas, armaduras, «katanas», fotografías, pinturas, etc…
Es accesible para minusválidos. Es posible contratar servicio de guía, y aunque la entrada es de 4€ los adultos, los grupos pueden disfrutar de un precio reducido.
De lunes a sábado: Mañanas, de 10 a 2 de mediodía. (sólo para grupos previo aviso).
Tardes, de 4 a 7.
Domingos y festivos: Mañanas, de 10 a 2 de mediodía.
Situado frente al Campo Grande, en el Paseo de Filipinos. Muy cerca de la Plaza de Colón.
Se puede llegar en autobús con las líneas 2, 4, 9 y 16. Situado a pocos metros de la estación de trenes y autobuses, y con parking en la Plaza de Colón si preferimos la opción de ir en coche.
Aprovechando esta visita podemos adentrarnos a dar un fantástico paseo por el Campo Grande, que si además vamos con niños harán las delicias. O disfrutar a pocos metros de la Estación Gourmet, lugar de encuentro de varios locales de restauración.